sábado, 25 de febrero de 2012

Una historia que nunca tendrá final.

Ayer, cumplí 18 años, me e alquilado un apartimeno en el centro, cutre, soso, pequeño, pero por fin, era mi casa, y solo mia.

Esta mañana,al llegar allí, con las maletas y las mil y una cajas que tenia guardadas en mi antigua habitación, me sentí libre, al fin.

Me instalé, y fuí a ver a mis amigas, me recogí pronto, tenia ganas de estar en mi nueva casa. 
Llevé a cuatro amigas a dormir a mi casa.
Lo pasamos genial, no teniamos ganas de dormir.
A las 3 menos cuarto, estabamos chateando en el ordenador, y quede con el chico que llevaba tiempo gustandome.
Mis amigas no paraban de rumorizarme y chillar, eso no me gustaba mucho, pero lo entendia.No paraban de preguntarme qué me iba a poner.
Estube 35 minutos delante del armario, pensando que podria ponerme aquella noche tan especial.
Al fin, me decidi por un pantalon vaquero roto, y una camiseta americana, es lo mismo que me puse el dia en que lo conocí.

Quedamos en la plaza central, yo al llegar a las 4:07 de la mañana, lo vi allí apollado en la pared, y al verme tiró el cigarro y se tomó un chicle de menta.
Noté como se puso nervioso, entonces yo colorada dije...
+Siento llegar tarde.
-No es nada, yo acabo de llegar.
Un silencio, durante como dos tontos no nos quitabamos la mirada de encima, él sonreía, yo sonreia, y así estuvimos unos minutos.
-Sabes qué? Siempre me as parecido muy mona y tal...
+A mi siempre me has....
Entonces me puso el dedo en mis labios, y suavemente dijo:
-Shh, no sigas nada, dejemoslo en un silencio.
Sentí como sus labios rozaban los míos.
-¿ves? Te dije que era mejor dejarlo en un silencio.-dijo él mientras separaba sus labios de los mios.
Entonces, no me salían las palabras, llevaba tanto tiempo esperando ese momento... Lo cogí, lo abracé.
+Por favor, no me sueltes nunca.-dije yo mientras le abrazaba mas fuerte.
-Tranquila, estaré siempre aquí, contigo.
Me cogió la mano, y comenzamos a caminar.
Él, me susurraba al odio cosas bonitas, como un te quiero.
Nos sentamos en un banco, comenzamos a hablar, sobre lo mucho que nos queriamos.
Al rato, sentí mi movil sonar, pensé que serían mis padres, pero no, eran mis amigas.
No cogí el telefono, en ese momento no podia apartar la mirada de sus ojos.
A las 6:45 fuimos a su casa, me prestó un pijama, y fuimos a su cama, y dormimos toda la noche abrazaditos.
Fué la mejor noche de mi vida, casi no dormimos, estabamos todo el rato mirandonos a los ojos y sonriendo.
Sinceramente, no cambiaria esta noche por nada.